Ingeniería en la Semana Santa de Cartagena

Esta Semana Santa Por primera vez en mi vida pude cargarme a hombros el Santiago, una procesión especial del Martes Santo cartagenero a la que siempre he tenido mucho cariño. Asistí por primera vez a la procesión "del Santiago" hace varios años acompañado de la que ahora es mi mujer y desde entonces hemos tenido una vinculación especial con el atardecer de Martes Santo en esta ciudad trimilenaria.

 

Gracias a mi buen amigo Miguel Lamet y al presidente Manuel Salmerón, pude vivir bajo el trono el tallaje en la cochera california, contemplar junto con mis compañeros portapasos por primera vez el nuevo trono que se estrenaría en esta Semana Santa o ser partícipe de la salida de nuestro Santiago desde el gobierno militar.

 

La Semana Santa, y sobre todo la Semana Santa de Cartagena, es pasión, sentimiento, vivencias, tradición y religión. Pero este año, Martes Santo y "el Santiago" tienen también una parte de ingeniería y ciencia aplicada al mundo cofrade. El pasado Martes Santo se estrenaba un nuevo sistema, calculado, desarrollado e implantado por el ingeniero Miguel Lamet y que complementaba los trabajos realizados en el trono para rebajar su peso en unos 500 kg. El sistema pretendía aumentar la eficiencia en el trabajo de los portapasos eliminando posibles ineficiencias en el trabajo vertical. Con este objetivo se instaló un "Quitacimbra" tanto en la parte delantera como en la parte trasera del trono (Fig. 1 y 2). 

 

 ¿Qué es un quitacimbra?

 

 

Se ha colocado el quitacimbra en las varas delanteras y traseras consiguiendo que todo el trono trabaje como un bloque. De esta forma se eliminan los movimientos ondulares que sí se producían cuando no existía el quitacimbra y hacían más ineficiente y costoso el trabajo de los portapasos. Gracias a esto los portapasos no reciben cargas laterales y trabajan verticalmente durante toda la procesión. Este quitacimbra es simplemente un perfil angular que une todas las varas por la parte superior, el cálculo realizado permite determinar el lugar más eficiente para su colocación (Fig 1).

Como portapasos, he vivido la emoción que supone el paso de su legítimo propietario por la calle Mayor, las caras de satisfacción de los Cartageneros al ver procesionar el nuevo trono o la emoción de muchos cofrades a la entrada y salida del patrón de España. Y en este contexto, los comentarios de mis compañeros portapasos, a los que estaré infinitamente agradecido por su buen trato, confirman que el "quitacimbra" ha funcionado a la perfección. Durante la recogida de la procesión, tras cumplir con el ritual de coger unas flores del trono para la familia, los comentarios iban en una sóla dirección: "Menuda diferencia". Según aquellos que vienen procesionando durante largo tiempo, el "quitacimbra" y el nuevo diseño del trono ha permitido disfrutar mucho más de la procesión, mejorar la eficiencia en el trabajo que realizamos los portapasos y hacer mucho más vistoso nuestro paso por las calles de Cartagena en este Martes Santo que nunca olvidaré. Terminado este breve relato, sólo cabe esperar un año para escuchar la respuesta a esa gran pregunta: "¡¿De quién es la calle Mayor?!"