En uno de los desayunos tecnológicos que vengo organizando todas las semanas en el Congreso de los Diputados, he tenido el placer de contar con Javier Ferrer Vincent. Es difícil definirle, pero si le preguntamos a él lo tiene claro. Javier Ferrer es el creador de WiTraC, una startup valenciana que ofrece “prescripción y trazabilidad para la Industria 4.0”. El ahorro de costes que generan a las empresas para las que trabajan es enorme. La base de dicho ahorro es la posibilidad de tener localizados los elementos críticos de cada industria. Las soluciones tecnológicas que ha desarrollado WiTraC han despertado el interés de empresas pequeñas y grandes. Entre sus clientes hay PYMES auxiliares de la industria del metal y gigantes como FORD.
Esta empresa especializada es un ejemplo de aplicación de IIoT. El Industrial IoT ha venido a introducir una variable del Internet de las cosas, pero en este caso aplicado a la industria. Esta línea de actuación está centrada en localizar y eliminar aquellas tareas de bajo valor que no aportan valor y con un alto grado de repetición. Pensemos en algo simple como la identificación de un trabajador mediante una tarjeta RFID para que un sistema se ponga en marcha. Si el trabajador esta cerca de la máquina, ¿Por qué no es posible que esta se ponga en marcha al detectar la presencia del operario?
Uno de los proyectos en los que trabajan es el desarrollo de la carretilla 4.0. Gracias a WiTraC los datos de ubicación y comportamiento de las carretillas estarán siempre disponibles. Esto permite optimizar su funcionamiento y su vida útil.
De mi conversación con Javier destaco su perfil humano. No por las excelentes cualidades humanas que presumí en él tras poco más de una hora de conversación, sino por el toque humanista que imprime a sus conversaciones sobre tecnología: “El ser humano no desaparece ni desaparecerá nunca de la industria. No todo es predecible y por eso hay cosas que la tecnología no sabrá hacer nunca”. Aviso a navegantes para todos aquellos que defienden que la tecnología destruye empleo. Golpe en la línea de flotación de los que pretenden vendernos un futuro en el que las máquinas trabajan solas y el empleo destruido por estas no se recupera. Javier refuerza lo que muchos pensamos, la tecnología especializa el empleo y mejora la calidad de vida de los trabajadores. Implementando soluciones WiTraC ya no habrán más “pistoleos” manuales para hacer un inventario, pero tendremos un grupo de ingenieros analizando datos y realizando predicciones para ser más eficientes.
El sector metalúrgico también ha visto las posibilidades de futuro que ofrece la trazabilidad en la industria. Conozco personalmente a Francesc Rubiralta, cuya familia es propietaria de CELSA, una de las empresas más importantes del sector metalúrgico en todo el mundo. Su apuesta por la trazabilidad hace que incluso sus clientes utilicen la solución propuesta por el fabricante para gestionar su stock de producto. Las bobinas de CELSA son identificadas con una etiqueta colocada en el instante en el que salen de producción, cuando todavía mantienen una temperatura de 500ºC. Se ha comprobado cómo esa etiqueta identificativa para realizar la trazabilidad en el interior de la planta de CELSA, el cliente la deja pegada e incluso algunos están integrando este elemento en sus ERP.
La empresa de Javier Ferran es un ejemplo de ese ecosistema de PYMES altamente innovadoras de las que tiran grandes empresas para especializar sus procesos. Unos pocos ingenieros que dominan el hardware y el software consiguen dar soluciones a un gigante de la automoción como FORD. Localizar y monitorizar distintas variables de sus vehículos desde la fabricación hasta el concesionario aporta mucho valor al proceso productivo. Un cliente puede saber cuando le van a entregar su vehículo y donde está en cada momento desde el instante en el que finaliza la compra en el concsionario.
Industriales, teleco e informática deben estar más relacionados en la formación que reciben los jóvenes. Es una de las conclusiones a las que llego después de escuchar a muchos que, como Javier, han conseguido convertir una idea en un proyecto con futuro.
Sin embargo, hay algo que tienen en común muchas de las empresas de base tecnológica que acaban triunfando en un mercado tan competitivo como el de la industria. Todas ellas han tenido uno o varios líderes que intentan alinear a la compañía con la visión que han desarrollado y perfeccionado con el paso del tiempo. El caso de WiTraC lleva hasta el extremo ese principio según el cual “lo que no está escrito no existe”. Los diez mandamientos de WiTraC son de obligado cumplimiento para todo aquel que desee embarcarse en este proyecto. Todos ellos tienen claro que hasta ahora van bien porque conocen y aplican el modelo de calidad total. Hacen gala de compartir una visión sobre su proyecto estratégico que definen como “un viaje a vela”. Para los amantes de la vela y la navegación sabemos lo que eso significa. Marca un punto de destino, diseña el plan de navegación y ajusta las velas en cada momento, a buen seguro no irás por el camino más corto sino por aquel que el viento disponible te permita. Siguiendo el plan trazado llegarás a destino y, como en el caso de la navegación, también disfrutarás del camino recorrido.
¿Por qué los clientes se enamoran del producto de Javier? Porque no hablan de tecnología, hablan de soluciones. Tratan en la medida de lo posible de no hablar de tecnología. Quizá este sea el problema de muchas startups que tienen dificultades para llegar a su cliente final. Demasiado argot tecnológico y pocas soluciones.
Para Javier una startup debe tener tres características clave: Tener una componente tecnológica, desarrollar un alto crecimiento y disponer de un alto potencial. A la vista de WiTraC y del equipo de hay detrás, estamos ante una de las mejores startups del panorama tecnológico español en la Industria 4.0.